«Escribir y viajar, además de ensancharte las miras, te ensanchan el trasero, así que prefiero escribir de pie”. Ernest Hemingway

Puede sonar absurdo que las sillas sean peligrosas. Estamos tan acostumbrados a estar sentados que en ningún momento se nos pasa de la cabeza que ese inocente objeto pueda suponer una amenaza para la salud.

Pero también habrás escuchado en más de una ocasión que permanecer sentado tantas horas al día puede ser, incluso, peor que fumar. Hasta la saciedad se nos repite que tenemos que movernos más y que el sedentarismo es nefasto para la salud.

Por otra parte, tampoco se nos ocurre imaginarnos un mundo carente de sillas, asientos, sillones o sofás. Y, sin embargo, así ha sido durante miles de años. Disponer de sillas era un lujo hasta hace solo unos cuantos siglos. Lo suyo era estar de pie la mayor parte del tiempo y sentarse a descansar en el suelo, en un tronco o en lo primero que uno se encontraba. Y digo bien descansar. Un rato. No vivir sentado como viene siendo la norma hoy en día.   

 

¿Y qué tiene de malo sentarse en sillas?

 

Mucho.

Sentarse es perjudicial y antinatural por la sencilla razón de que el cuerpo no está hecho para ese propósito. Está diseñado para estar en movimiento todo el día.

Lo que ocurre, de forma muy resumida, es que:

  • al sentarnos, los gluteos, cuya función principal es la de mantenernos erguidos, se desactivan y se acaban debilitando
  • al estar los glúteos desactivados, la zona lumbar asume una función que no le corresponde. Resultado: sobrecarga y el famoso dolor de espalda, que afecta a ocho de cada diez personas 
  • los flexores de la cadera se acortan, lo que da lugar a una seria pérdida de movilidad
  • la densidad ósea disminuye por la falta de movimiento
  • la incomodidad de estar sentados nos lleva a adoptar posturas que restringen el flujo sanguíneo a través del organismo, llegando incluso a dificultar la respiración y la función intestinal
  • además de lo dicho, existen gran cantidad de estudios que relacionan el sendentarismo con el incremento de enfermedades degenerativas, coronarias, obesidad, diabetes, depresión aparte de todas las correspondientes lesiones a nivel articular
  • por no mencionar otros estudios que llegan a relacionar sedentarismo y mortalidad.  

 

Todo lo dicho está muy bien ¿verdad? Es muy interesante. Pero, ¿nos lo tomamos en serio?

 

Sinceramente creo que muy poco.

La mayoría ignoramos toda la evidencia hasta que llega un día en que te das cuenta de que no puedes moverte sin dificultad.

Haz este pequeño ejercicio y luego me cuentas:

  1. siéntate en el suelo.
  2. ahora intenta ponerte de pie sin apoyo.  

Cada vez es mayor el número de personas que no pueden realizar este sencillo ejercicio con fluidez. En Occidente se está perdiendo a pasos agigantados la movilidad con la que fuimos creados. Hasta que se les sienta en las sillas del cole, sólo los niños la mantienen de forma natural.

Este estudio llega, incluso, a basarse en la habilidad para sentarse en el suelo y ponerse de pie sin apoyo para predecir la muerte.

 

Mi experimento

 

Durante años he tenido trabajo de oficina.

He pasado muchas más horas de las deseables sentada, a pesar de considerar que llevo una vida bastante activa.

He sufrido las consecuencias en mis maltrechos cuello y espalda con dolencias de diversa índole.

Aunque el deporte me ha ayudado siempre, no era suficiente y me he gastado una pasta en terapias y masajes.

Pero nunca se me ocurrió dejar de sentarme.

Hasta que empecé a trabajar por mi cuenta, en casa.

Un buen día decidí mandar las sillas y el sofá a paseo.

Me hice con una mesa alta para trabajar de pie (la tabla de la plancha es una buena manera de empezar) :-), cambiando de postura con frecuencia

y unos buenos cojines y una mesita baja para hacer lo propio sentada en el suelo. Sentarse en el suelo es muy diferente de hacerlo en una silla. Este ha sido nuestra superficie de descanso durante miles de años y aunque al principio puede resultar extraño, acabas por encontrar las posturas que mejor se adaptan a ti. Existen gran cantidad de posturas naturales.

Todo esto puede parece un poco simplista. El dolor de espalda es un mundo en sí pero solo trato de compartir contigo una experiencia personal que me ha aportado, lo creas o no, resultados mucho más que alentadores. Hoy en día puedo decir que:

  • el dolor de espalda ha desaparecido casi por completo
  • he ganado movilidad en las extremidades inferiores y en la cadera
  • ha mejorado considerablemente la flexibilidad de las mismas
  • me siento mucho más ágil.

Según los expertos en la materia, no deberíamos pasar más de 10 minutos seguidos sentados. Aunque nos parezca inalcanzable, hay que ir poco a poco, de forma gradual, sin dejar de ser realista pero sin permitir que el perfeccionismo nos impida la superación y la mejora diaria.

Y ahora, ¡pasemos a la acción! 

 

Tres propuestas

 

Si no sabes por dónde empezar te doy unas pistas:

#1. Analiza seriamente las horas que pasas sentado al día (casa, trabajo, calle, transporte, gimnasio…).

#2. Decide de inmediato poner fin o reducir tajantemente el número de horas sentado cambiando de hábitos, aunque solo sea uno a la semana.

#3. Hazlo durante un periodo lo suficientemente largo como para que el hábito se automatice (mínimo tres semanas) y poder medir los resultados. 

“Una buena manera de cambiar de hábitos es desarrollar el hábito de mejorar hábitos”. Alex Rovira.

 

Truquillos que pueden ayudarte

 

Y ahora sí, vamos con la parte práctica. Aquí te dejo una bateria de ideas para que puedas empezar a reducir tu tiempo de estar sentado desde ahora mismo. No los apliques todos a la vez pero ve incorporándolos paulatinamente. Te aseguro que vas a notar los resultados:

  • Redecora tu cuarto de estar creando una acogedora zona para vivir en el suelo: mesas bajas, zafus, alfombras de fibra, cojines de colores.
  • Hazte con una mesa para trabajar de pie o fabrícate una tu mismo, con ayuda de libros, cajas, baldas…
  • Desayuna y come de pié o sentado en el suelo.
  • Si todavía eres de los que ve la tele, olvida el sofá y haz tuyo el suelo. Puedes aprovechar para hacer unos abdominales o estiramientos mientras, por aquello de no perder el tiempo mirando la caja boba.
  • Si trabajas en una oficina propón seriamente que se cree una zona donde poder trabajar en el suelo y que se disponga de mesas altas para poder trabajar de pie. Cada vez es mayor el número de empresas que ofrece esta posibilidad a sus empleados. También se empiezan a llevar a cabo reuniones en diferentes empresas de pie e, incluso, caminando.  
  • Camina y coge la bici en vez del coche, mejor que el coche o el transporte público, siempre que sea posible. Y si coges el transporte público, intenta ir de pie.  
  • Escaleras sí, ascensor no.
  • Si hace buen tiempo y sales a comer fuera a medio día, hazlo en un parque o jardín en el que puedas sentarte sobre la hierba.
  • Si vas al gimnasio evita las máquinas en las que, de nuevo, tienes que sentarte. Es preferible practicar el ejercicio al aire libre.

Empezarás a recuperar poco a poco la movilidad, te notarás más flexible y tu espalda te lo agradecerá infinitamente.

 

Es tu turno

 

Y ahora ️¡cuéntame!

¿Pasas muchas horas sentado?

¿Qué haces para reducir este tiempo?

️¡No dejes de pasar a la acción y compartir tus experiencias!

️¡Abrazos!

kiki firma

 

 

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Soy Kiki Nárdiz, coautora del blog Rewilding Drum, desde el que comparto estrategias y herramientas para ayudarte a salir del automatismo y a recuperar la energía vital a través del contacto consciente con la naturaleza. Te regalo mi guía “7 errores que te alejan de tu naturaleza salvaje y cómo solucionarlos”.

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