No, no temas. No se trata de un castigo. Yo lo vería más bien, como una liberación, como un valioso regalo a ti mismo y a los tuyos.

Gran parte de nuestro trabajo se basa en la comunicación online y gracias a internet, podemos hacer llegar nuestro mensaje a un gran número de personas y trabajar con clientes de cualquier parte de los cinco continentes.

Es todo un lujo, impensable hace pocos años, y estamos muy agradecidos por todas las posibilidades que el mundo virtual ofrece.

Hace unas semanas, mientras pensaba en dónde y cómo íbamos pasar las vacaciones de  verano, me descubrí a mi mismo pensando en cuánto tiempo seríamos capaces, por motivos diversos, de pasar sin conexión a la gran red que es internet.

Si también estás ya organizando tu verano, probablemente habrás consultando ofertas, hoteles o vuelos para encontrar la mejor opción al descanso estival. Y también, muy posiblemente, habrás comprobado si hay o no wifi en el lugar elegido.

Es divertido seguir conectado con todo el mundo, amigos, familiares y hasta compañeros de trabajo mientras disfrutas de tus vacaciones.

¿O quizás no tanto?

La estrecha línea que separa trabajo y ocio está cada vez más difuminada «gracias» al uso del correo electrónico, entre otros.

Un estudio llevado a cabo en Reino Unido y USA, entre quinientos trabajadores de cada país, por GFI Software, sacaba a la luz resultados inquietantes:

60% verifica su correo electrónico durante las vacaciones

2.6% le ha echado un vistazo durante un funeral

1.5% lee correos mientras sus parejas dan a luz

6.4% le ha echado una ojeada furtiva en una boda

4.1% lo ha consultado durante la función del cole de los niños

41% verifica emails relacionados con el trabajo durante su tiempo libre

Mucho me temo que estos resultados sean extrapolables a un núcleo de población muuuy extenso.

 

Desconectar para reconectar

Así que sí. Estamos conectados. Para lo bueno y para lo malo.

No soy científico pero no parece que ni el wifi ni la telefonía móvil sean la panacea, ni que su uso indeterminado sea inocente y sin consecuencias.

Desde su introducción en 1997 se han realizado y se siguen llevando a cabo gran cantidad de estudios (otro estudio) sobre su posible impacto negativo en la salud:

  • insomnio
  • memoria
  • atención
  • hiperactividad
  • desarrollo infantil
  • crecimiento celular
  • función y actividad cerebral
  • fertilidad
  • estrés cardiaco

A día de hoy, somos conejillos de indias y desconocemos aún las consecuencias a largo plazo. Nunca antes en la historia hemos estado tan conectados a un mundo artificial, ni tan desconectados de la naturaleza y de nuestro propio ser.

Pero no por ello nos vamos a quedar sentados esperando a ver qué pasa.

Podemos tomar cartas en el asunto.

Desconectar de la tecnología y reconectar con nuestra esencia natural se ha convertido en una necesidad prácticamente vital.

 

El desafío que te proponemos

 

La tecnología está muy bien cuando tu tienes el control sobre ella y la pones a tu servicio y no cuando eres su presa.

Parece de cajón pero sabemos de sobra lo difícil que es despegarse y aunque pueda sonar extraño, tenemos que aprender a desconectar. Aunque sea de vez en cuando.

La mejor manera es ponerse una meta.

Ponte un objetivo para estas vacaciones de verano y publícalo en algún sitio o informa a tu círculo. Así tu comunidad sabrá que no pasa nada raro si no pueden localizarte inmediatamente, lo que te ayudará a mantenerte más motivado.

 

¡Allá vamos!

 

Durante tus próximas vacaciones:

  • decide consultar el correo electrónico y el móvil un máximo de 15’ al día, a una hora predeterminada. Puede ser a primera hora de la mañana para después olvidarte y seguir disfrutando de tu jornada.
  • Reduce tu tiempo online a 15’ minutos al día. Te aseguro que hay mil cosas interesantes que hacer antes que andar vagando por la red sin ton ni son. Tu tiempo es tuyo y si tu no eres el dueño ¿quien lo es?
  • Elimina las notificaciones de tus dispositivos: es de locos vivir al ritmo de las miles de notificaciones que nos llegan al día. Es preciso que tomes cuanto antes las riendas de tu tiempo y que seas tú quien decida cuando acceder a los mensajes que te llegan.  
  • Mejor aún: no te conectes para nada. Una semana, o dos. Pruébalo. Puede parecer difícil el primer día. Pero cuando compruebes que el mundo no ha colapsado sin tu presencia online o al teléfono te sentirás muy ligero y liberado.

Tu mandas ¿o no?

 

¿Qué beneficios vas a obtener?

 

#1. Tendrás más tiempo

 

¡Sí! En serio.

Todos nos quejamos por la falta de tiempo, pero es que lo empleamos de pena.

Créeme: cuando aparcas la tecnología, de pronto te parecerá que tienes mucho más tiempo para dedicar a tu familia, a tus amigos y a ti mismo. Y si, además, lo haces con atención plena, sin interrupciones de emails, “wasaps”, llamadas, etc, las vacaciones no se te pasarán tan deprisa porque las disfrutarás con más presencia.

Compruébalo por ti mismo. El esfuerzo inicial habrá valido la pena.

 

#2. Verás aumentar tu creatividad

 

El cerebro necesita descanso para poder generar nuevas ideas.

Cuando el mundo digital nos satura, nos resulta mucho más difícil pensar y tarde o temprano acabamos bloqueados y con la creatividad bajo mínimos.

Lo he comprobado mil veces. En cuanto noto dicha saturación lo primero que hago es irme al bosque.

Allí recupero la calma y la claridad mental en muy poco tiempo. Entonces las ideas vuelven a fluir como por arte de magia.

No me creas. Haz la prueba y ya me dices.

 

#3. Menos estrés

 

Misma operación que arriba para reducir los niveles de estrés.

Salir a dar un paseo por un bosque, playa o cualquier entorno natural que tengas a mano reduce los niveles de estrés con rapidez. La mente se aquieta y el estado de ánimo mejora de manera considerable.

Vivir pendiente de lo que hacen y dicen los demás, la necesidad de saber y de aprender sin fin, la disponibilidad continua de la que hablaba arriba o la tiranía de la inmediatez, acaban generando unos niveles de estrés nunca vistos antes y por agotarnos, tanto física como mentalemente. 

No es de extrañar que haya ya países que celebran el Día Nacional de la Desconexión o que países como Francia reconozcan el derecho a desconectarse fuera del horario laboral.

 

#4. Mejora las relaciones interpersonales

 

Gracias a Internet he conocido y me comunico con personas de los cuatro continentes casi a diario.

Me encanta, me fascina.

Pero a la vez reconozco que donde esté un cara a cara, un mirarte a los ojos, un rico café en el bar de la esquina contigo o una buena charla alrededor de la hoguera, que se quite todo lo virtual. 

Es alarmante comprobar como va en aumento el número de personas que encuentra dificultades para entablar una simple conversación con alguien sin dispositivos de por medio.

Observo con preocupación como muchos adolescentes son incapaces de hablar con sus amigos sin el móvil en la mano, de otra cosa que no sea lo que lo que pasa en el mundo virtual o sobre este juego o aquel otro.

Dejar la tecnología un buen rato de lado abre espacios para recuperar unas relaciones sociales más auténticas y sinceras.

 

Es tu turno

 

¿Tienes ya objetivos de desconexión para este verano?

¿Cuales son tus trucos para desconectar?

¿Qué beneficios has experimentado?

 

Compártelos en los comentarios para que nos sirvan de inspiración a todos.

Un fuerte abrazo ,

bert firma

 

Crédito de imágenes: Farzad Nazifi para Unsplash

 

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Soy Bert Poffé, coautor del blog Rewilding Drum, desde el que comparto estrategias y herramientas para ayudarte a salir del automatismo y a recuperar la energía a través del contacto consciente con la naturaleza. Te regalo mi guía “7 errores que te alejan de tu naturaleza salvaje y como solucionarlos”.

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