Que levante la mano el que de pequeño no jugó con un arco de fabricación casera. No creo que abunden las manos arriba.  

Un arco tiene algo mágico, es potente, hermoso y, a la vez, ¡tan sencillo! 

A los 47 años, los hay que se compran una Harley. En mi caso, he optado por comprarme un hermoso y tradicional arco largo de madera. Un paso natural en mi propio proceso hacia una vida menos domesticada y más humana (rewilding).

Hace más de veinte años me hice con un fusil Winchester 30/30 para llevar en las expediciones y viajes de aventura. Pero una vez de vuelta a la ciudad no había ni razón ni ocasión para su uso.

En cambio el arco es otra cosa. Siempre he sentido un interés muy especial por ellos y sus flechas. De niño, jugando en el bosque, rara era la vez que salía sin mi arco, hecho por mí, con sus correspondientes flechas.

Me decidí a comprar uno de madera tradicional, de 35 libras y 58 pulgadas por dos razones:

• Según me explicaron algunos profesionales, uno ligero es lo más adecuado para la práctica porque te permite tirar una y otra vez sin que el peso te lo dificulte. 

• Por otro lado, un arco corto, como lo es este de 58 pulgadas, permite una mayor facilidad de movimiento.

Con ambos requisitos cubiertos, creo que he adquirido un arco ligero con el que poder moverme por el bosque con mayor rapidez.

Para mí, un arco lo tiene todo y abarca todos los elementos de un estilo de vida más humano y menos domesticado (rewilding):

Nutrición

En las sociedades cazadoras-recolectoras el empleo del arco está indisolublemente ligado a la dieta por ser una herramienta de caza. Tanto dicha actividad como la pesca se encuentran en la lista de habilidades que quiero aprender en un futuro próximo pero, eso sí, de forma respetuosa, en el lugar correcto, en el momento oportuno y sólo con el objetivo de reconectarme con la forma tradicional de obtener alimentos.

Mientras tanto, disparar un arco y dar en el blanco te permite darte cuenta de lo difícil que debe de ser la caza con este instrumento y te da una idea del enorme esfuerzo que suponía antaño poner en la mesa la cantidad necesaria de calorías cuando estas provenían exclusivamente de la caza y la recolección. Una ocupación muy distinta a la de ir al supermercado y llenar un carro.

Movimiento

Me gusta combinar los entrenamientos tipo MovNat con el tiro con arco. 

En el futuro me gustaría practicar el tiro 3D. Moverse por la espesura del monte, acercándose a un objetivo en completo silencio es siempre un buen entrenamiento. 

Asimismo, el tiro y hacer diana requieren de un completo autocontrol, tanto mental como físico. 

Reconexión

Cuando uno se concentra en dar en el blanco, es como si todo lo demás dejara de tener importancia. Te desconectas por completo del ajetreo cotidiano y vuelves a conectar con tu ser más salvaje.

Además, practicar el tiro con arco es muy divertido, sobre todo cuando se hace en grupo. Desde rewilding drum invitamos a la gente a que juegue más con los niños, con la familia, con los amigos, con la tribu, en definitiva, a divertirse e, incluso, a no hacer nada de vez en cuando. 

En las sociedades cazadoras-recolectoras los juegos relacionados con la caza estaban muy presentes y eran beneficiosos, tanto para desarrollar y practicar las habilidades necesarias, como para crear vínculos en el seno de la tribu.

Bushcraft

El tiro con arco parece haber encontrado su lugar dentro de la escena del bushcraft y la supervivencia. Cada vez son más los entusiastas del bushcraft que descubren este arte.

Danny Reid, de la revista inglesa The Bushcraft Journal, lo confirma:

«Algo que he notado en los últimos años es que cada vez más personas parecen estar interesándose de forma activa por el aprendizaje de la habilidad de tiro con arco. Hasta donde me alcanza la memoria, desde siempre he tenido una fascinación por el tema, posiblemente porque de niño me  gustaba leer y ver películas sobre Robin Hood y sus aventuras con su divertida banda. Pero me pregunto si hay algo más profundo que eso, si se trata de algo arraigado dentro de nosotros desde nuestros días como cazadores-recolectores. Una época en la que nuestra subsistencia dependía en gran medida de la capacidad de rastrear, cazar, matar y procesar nuestros propios alimentos. Esto es algo que llevo pensando desde hace tiempo cada vez que hago cola para disparar en un blanco mientras practico. Suelo utilizar diferentes dianas de papel con siluetas que representan animales de varios tamaños y casi siempre, instintivamente, apunto para que sea un disparo mortal.

Creo que en los tiempos que corren, el resurgir de personas con ganas de reavivar las habilidades tradicionales de supervivencia, para así obtener una mayor y mejor comprensión del mundo natural, va de la mano del arte de la caza. Y no con fines recreativos, con los que no estoy de acuerdo en absoluto, sino por la destreza que supone llevar comida a la mesa o a la hoguera para tu familia.”

Mi propio proceso rewilding, siempre en curso en lo que a mí respecta, me llevó a observar detalladamente el estilo de vida de las sociedades cazadoras-recolectoras, de los pueblos nómadas y de las primeras naciones en general, que me han intrigado desde que era niño. 

Cuando vives en una ciudad no tienes que cazar para comer. Pero, aun así, veo el dominio de habilidades para la caza como una parte importante de dicho proceso.

Durante años he estado practicando el acecho de animales salvajes, en especial de ciervos. El tiro o el disparo propiamente dicho se sustituye por la toma de fotografías. No se trata tanto de hacer la foto del siglo como del arte de acercarse al animal sin ser escuchado o visto. 

Con la compra de un arco quiero ir un paso más allá. El tiro con arco es una habilidad que se ha practicado durante miles de generaciones y, a mi parecer, no debería de perderse.

El campeón belga de tiro con arco en 2D y 3D, Steven Dijlst, lo expresa así:

“Enfócate primero en la técnica, la distancia viene después. Y entonces,

1. Sitúate en la línea de tiro en una posición estable, los pies ligeramente separados y paralelos a los hombros, con el cuerpo bien erguido y vertical.

2. Visualiza el vuelo de la flecha hacia su objetivo antes de disparar.

3. Sujeta el arco sin apretarlo en la mano, debe quedar suelto.

4. Coge la cuerda con los dedos índice, corazón y anular, situando la flecha entre el índice y el corazón.

5. Tensa el arco, vuelve la cabeza hacia la diana, enfoca el ojo en ella, desplaza el codo de cuerda hacia atrás dirigiendo la mano hasta debajo de la mandíbula y suelta la flecha. Comprobarás como no habrá llegado muy lejos del punto que visualizaste.” 

Y ahora, cuéntame, ¿qué opinas? ¿Considerarías iniciarte en el mundo de la arquería?

Si es así, mi consejo es que te asesores bien antes de comprar un arco, que empieces por uno sencillo y no muy caro para hacerte una idea y que en cuanto tengas más seguridad y experiencia te decantes (¡o no!) por algo más sofisticado.

Buena puntería y ¡buen tiro!  

Abrazos,

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Bert Poffe

Soy Bert Poffé, coautor del blog Rewilding Drum, desde el que comparto estrategias y herramientas para ayudarte a salir del automatismo y a recuperar la energía a través del contacto consciente con la naturaleza. Te regalo mi guía “7 errores que te alejan de tu naturaleza salvaje y como solucionarlos”.

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