Allá por 1999, mientras descubríamos la provincia de Quebec, fuimos a parar a un lugar llamado Dao8Eoli Tsonotwan, cerca de Quebec capital, regentado por Regent Sioui, un nativo del pueblo hurón, perteneciente al clan del Oso.
Por casualidad (¿o no?) Robert “Siete Cuervos” vino de visita durante nuestra estancia allí.
Este gran narrador y cantautor, de sangre acadiana y mícmac, expiloto de Canadian Airlines y férreo defensor de los derechos de los indígenas, nos cautivó desde el primer momento: escuchábamos absortos lo que contaba y admirábamos cómo vivía lo que predicaba.
Lo que todavía no sabíamos por aquel entonces es que aquellos momentos compartidos con Robert y Regent serían caldo de cultivo de futuras aventuras, expediciones y estancias entre otros pueblos de las llamadas Primeras Naciones pero, también, del nacimiento de rewilding drum muchos años después.
Todavía recuerdo que Robert traía consigo una cesta con bellos diseños de siete cuervos. Por aquel entonces me quedaba mucho por aprender y descubrir. Más tarde, supe que se trataba de la cesta de la corteza de abedul nativa típica de la zona, fabricada probablemente por algún nativo del pueblo atikamekw, expertos en este arte, a quienes tendría el placer de visitar en años sucesivos.
Pasado el tiempo, Robert vino a Bruselas para un festival de cuentacuentos y tuvimos la suerte de volver a reunirnos brevemente con él y su mujer entre actos.
Me gustaría ver más la presencia de Robert en Europa. Espero que viaje más por este lado del mundo para compartir con nosotros sus historias y su sabiduría. Mientras tanto, puedes ver y escuchar a Robert aquí y aquí.
Estamos muy agradecidos a Robert por su participación en esta sección de nuestro blog. Te dejamos ya con su valiosa aportación.
EL LADO SALVAJE DE BOB SEVEN CROWS SEGÚN LA FILOSOFÍA DE REWILDING DRUM
1. Aliméntate como tus ancestros
Tal y como la naturaleza te presenta los alimentos sin procesar, sin etiquetas, sin envoltorios, de estación, silvestres o ecológicos. Lo más cercano posible a su estado natural, en porciones normales y disfrutando del momento y de la compañía. Esto incluye el agua. Trata de encontrar el manantial más cercano.
Robert: “Mi esposa Joan Pawnee y yo seguimos siendo lo que se consideraría como cazadores-recolectores tradicionales. Pawnee es herborista tradicional y juntos cazamos, ponemos trampas, pescamos y recolectamos alimentos silvestres.
Tenemos un jardín que es muy generoso y casi la única carne roja que comemos es la que llevamos a casa: ciervo y castor. Por delante de la casa pasa el río Wabozsipi (la liebre) en el que pescamos lucios y percas.
Detrás está el bosque. La zona se llama ‘Des Ruisseaux’, que significa los manantiales, por lo que el agua de nuestro de pozo es siempre clara y pura.”
2. Muévete como tus ancestros
Reintroduciendo los movimientos característicos del cuerpo humano: caminar, correr, saltar, mantener el equilibrio, desplazarse a cuatro patas, trepar, levantar y llevar peso, lanzar y atrapar objetos o nadar. También “esprintar” (carreras cortas a máxima velocidad), caminar descalzo siempre que sea posible, sentarse lo menos posible.
Robert: “Con el paso de los años noto como mis movimientos de cazador-recolector ya no son tan fluidos como lo eran en el pasado, pero puedo desplazarme de A a B sin problema. Mantenerse en movimiento es la clave, porque de lo contrario te agarrotas como un motor viejo.
Es curioso, pero al ser más lento en mis movimientos, he tenido oportunidad de estudiarlos en detalle y me he dado cuenta de la cantidad de energía que desperdiciamos en el bosque moviéndonos demasiado.
Un anciano anishnabe me dijo una vez que cuando pudiera ver a los ratones corriendo por el bosque estaría, por fin, en sintonía con su vibración (la del bosque). Y tenía razón. Prueba a sentarte en el bosque sin moverte. Después de un buen rato los ratones saldrán. En ese momento es cuando tú mismo te conviertes en parte del bosque.”
3. Duerme como tus ancestros
Al son del ritmo circadiano siempre que sea posible, levantarse al amanecer, disminuir el ritmo al atardecer, bajar las luces, irse desconectando de todos los dispositivos electrónicos según anochece, dormir en una habitación libre de ellos, en un ambiente relajante y que propicie el sueño.
Robert: “Somos madrugadores y nos acostamos temprano. Alrededor de las 20h empiezo a dar cabezadas así que me acuesto a leer un poco en la cama y ¡puf!, me quedo dormido.
Los días que trabajamos en la prisión nos levantamos a las 4h para salir de casa sobre las 6h. Los días libres suelo dormir hasta las 5h.
Vivimos en una casa de balas de paja bien aislada, por lo que es muy tranquila. En el segundo piso no tenemos ningún tipo de fuente térmica así que en nuestra habitación se respira siempre aire fresco por la noche. Esto nos permite disfrutar de unas condiciones óptimas para dormir.
La pasada noche, con las ventanas abiertas, nos dormimos mecidos por el sonido de los gansos que aterrizaban en las dunas de arena del río, en su viaje hacia el sur.
Cuando tengo ocasión me echo una siestecita después de comer, simplemente porque puedo permitírmelo.”
4. Relájate y juega
Dedicar tiempo a relajarse (esto no incluye ver la tele o jugar a la Play) realizando actividades placenteras como la lectura, el ejercicio moderado, quedar con amigos o disfrutar de un bello paisaje. Y también juega. Con o sin niños, para relajarte, mejorar el humor y desestresarte.
Robert: “Tenemos 5 hijos, todos ya mayores, cada uno con su vida, y 9 nietos. Solemos “secuestrar” a algunos de ellos durante unos días y nos los llevamos al bosque, de expedición en canoa o a pescar. Somos aborígenes y la risa es un rasgo cultural, así que nos gusta reír.Tenemos algunos amigos que vemos de vez en cuando pero Pawnee y yo pasamos todo el tiempo juntos, así que no tenemos necesidad de más compañía.”
5. Desconecta y reconecta
Dejar de estar a expensas del bombardeo que nos llega a través de los distintos dispositivos electrónicos. Dejar de ver la tele, quitarse el reloj. Marcar tiempos de desconexión y cumplirlos a rajatabla. Y después reconectar con uno mismo, escucharse, aprender a conocerse, descubrir qué te emociona e ilusiona, qué has venido a hacer aquí en este planeta e ir a por ello.
Robert: “Tenemos Internet y televisión vía satélite. Debo admitir que miro el Facebook a diario porque me permite estar en contacto con la música y el mundo nativo.
Me mantengo al día de las noticias de modo que podamos discutir y reflexionar sobre nuestro mundo. Creemos que hay que adoptar una postura comprometida en lo que a nuestros pensamientos y acciones se refiere, por el futuro de nuestros nietos.”
6. Al aire libre
Pasar el mayor tiempo posible al aire libre.
Robert: “Bueno, yo no consideraría “salir al aire libre” porque ya vivo al aire libre. Quedarse en el interior nos resulta de lo más extraño.”
7. Observa
Dejar de dar por hecho lo que nos rodea, volver a escuchar los pájaros, reconocerlos, aprender sobre las plantas y árboles que nos rodean, observar a los animales y aprender de ellos. Encontrar tu animal “tótem”, es decir, aquel que por sus cualidades te da fuerza e inspiración. Sin olvidar observar a las personas para entenderse a uno mismo. Lo que ves en ellos está en ti.
Robert: “Siendo cazador y trampero, observo mucho. La observación es la clave para la comprensión y el respeto a los animales. Por ejemplo, observar que una cierva está embarazada o que está llevando leche para un cervatillo, me ofrece el don de la comprensión para dejarle hacer su trabajo. Del mismo modo, si observas al gran ciervo, que es el macho alfa, sabes que es necesaria su presencia para garantizar un buen futuro a los ciervos de nuestro bosque.
Como buen cazador-recolector tradicional, yo también debo velar por la salud de nuestro bosque y sus animales para que nuestros nietos puedan también disfrutar de la abundancia que nos ofrece nuestro Creador.
La observación de la naturaleza es la clave para la humildad.
La observación de la humanidad es el mejor reality al que puedes engancharte.
Observar lo que pasa a mí alrededor es, para mí, una forma de vida natural.
De vez en cuando me encanta ir a la ciudad a trabajar porque me da la oportunidad de mantenerme al tanto.
Los cursos de supervivencia no se deberían dar en el bosque sino en la ciudad ya que no se sobrevive en el bosque, se vive en él.”
8. Aprende bushcraft
Volver a nuestro estado natural requiere reaprender o adquirir un mínimo de conocimiento de técnicas de supervivencia para pasar más tiempo al aire libre de forma confortable y disfrutar a fondo de la naturaleza. Son técnicas ancestrales para cubrir las necesidades básicas: encontrar refugio, agua, alimento y abrigo pero que, además, ayudan a tomar conciencia de qué es lo esencial y a deshacerte de lo superficial.
Robert: “Lo que las personas llaman técnicas de supervivencia o bushcraft son simplemente nuestra forma de vida. Nunca he pensado que la construcción de una tienda india o de un lugar donde recostarse fuera algo más que un refugio para la ocasión.
Lo que ocurre en realidad es que nuestros bosques están siendo tan maltratados que sería extremadamente difícil sobrevivir sólo con lo que el bosque puede ofrecernos. En nuestro territorio harían falta 25 km² para que una familia tradicional pudiera vivir exclusivamente de lo que el bosque proporciona y así satisfacer sus necesidades inmediatas. Es una superficie demasiado extensa para poder cubrirla físicamente.
El bosque y el río son formas de vida. Tienen un ritmo y un aliento que hemos de aprender con el fin de conocerlos y respetarlos. El simple hecho de estar en ellos es en sí una ceremonia de sanación. Nos enseñan lo que debemos saber, simplemente, siendo quienes son.”
Gracias de corazón, Robert, por habernos regalado un trocito de tu valioso tiempo para compartir con la tribu de rewilding drum tu lado salvaje.
¿Y tú? ¿Quieres compartir el tuyo? Te esperamos en los comentarios.
¡Un abrazo enorme!
Robert “Siete Cuervos” Bourdon es un cantautor y cuentacuentos tradicional de sangre acadiana y mícmac. Junto con su mujer, Joan Pawnee Parent, trabaja en la institución federal La Macaza, así como con representantes nativos de las Primeras Naciones de Canadá y que forman parte del ‘Kumik Elder Lodge’ del gobierno de este país. Han recorrido los cuatro continentes participando en numerosos festivales de música y narración de cuentos tradicionales. Viven a orillas del río Wabozsipi, a tres horas al norte de Montreal (Quebec) y con kilómetros de bosque detrás de su casa.
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De verdad me fascina lo que contáis, la gente que conocéis y todo lo que se enseña con este blog.
He querido leer también el artículo de Ana Moreno pero el enlace me lleva de nuevo al de Mina. No sé si es cosa mía y quería comentarlo.
Gracias por acercarnos a esta gente tan interesante y devolvernos un poquito de lo que somos.
Un abrazo a los dos
Hola Tanía!
muchas gracias por pasarte a comentar. La verdad es que Robert es una persona fascinante, de esas que te marcan y no olvidas nunca. Hubiérmamos podido escucharle por los siglos de los siglos. Irradia una paz y un equilibrio muy dificil de encontrar en este mundo acelerado que hemos creado.
Acabo de ver que en efecto hay un error en el enlace, sorry y gracias por avisar! Te lo pongo por aquí: https://www.rewildingdrum.com/personas-inspiradoras-y-su-lado-salvaje-1-ana-moreno/
Un abrazo fuerte!
Kiki