Escribo este post desde la ciudad que me ha visto crecer.
La distancia establecida con ella después de mi partida, hace ya tantos años, me permite, cada vez que regreso, observarla con otros ojos, desde otra perspectiva.
Ahora veo cosas que antes no veía, siento cosas que no sentía y aprecio lo que antes era incapaz de apreciar ya que todo se me antojaba evidente.
Y, desde mi distinta mirada, una de las primeras preguntas que me asaltan es:
¿Se puede ser un poquito más salvaje en una urbe de este calibre? Y si es así, ¿cómo?
En el artículo de hoy te comparto mi reflexión.
Creo ciertamente que sí, siempre y cuando estemos de acuerdo sobre el sentido que le otorgo a la palabra salvaje. Insisto:
rewilding no es ni volver a la caverna, ni a la prehistoria, ni llevar taparrabos, ni correr desnudos por la Gran Vía. Es, sencillamente, volver al origen y recuperar un estilo de vida propio de humanos, quedándonos con lo bueno que el presente nos ofrece pero sin despreciar ni suprimir lo que es inherente a nuestra propia naturaleza humana.
¿Qué es inherente a nuestra naturaleza humana? Te doy algunos ejemplos:
- Alimentarse de la forma adecuada
- Moverse el mayor tiempo posible
- Observar
- Disfrutar del aire libre
- Dormir bien
- Socializar y disfrutar de la vida
También se trata de hacer lo que se puede con lo que se tiene y creo que, sinceramente, las posibilidades no son tan escasas como pensamos.
Alimentarse de forma adecuada
Esta es para mí la forma más sencilla de empezar a reconectarnos con nuestra naturaleza. Dejar de comer plástico y volver a comer alimentos que nos nutren.
Está claro que en una gran ciudad impera el supermercado y que los horarios imposibles de muchos dejan pocas opciones pero también hay muy buenos mercados y me ha sorprendido la proliferación de herbolarios por todas las esquinas.
Es cierto que en estas tiendas los productos frescos son bastante caros y que los supermercados cada vez ofrecen más productos orgánicos pero no hay que dejarse engañar. Aunque es una mejora considerable, muchos de estos productos siguen sin ser aptos para humanos (pastas, galletas, cereales varios, etc.). No te vas a morir comiéndolos pero tampoco van a nutrir tu organismo como este se merece, ni te van a dar la energía que necesitas para una salud óptima.
Lo que necesitamos son alimentos frescos de máxima calidad y llenos de luz como explico en este artículo.
Otra opción, cada vez más extendida, es la del envío de alimentos ecológicos a domicilio. Del campo a la mesa como hacen en www.cestaverde.com o www.ecocampo.com.
Movimiento al aire libre
Madrid tiene de por sí una gran ventaja: su clima. Los días soleados de cielo limpio abundan e invitan a pasar el tiempo al aire libre.
Además, si bien creo recordar, es la segunda capital del mundo más rica en zonas verdes, lo cual, facilita enormemente la tarea. Me ha llamado la atención la cantidad de gente entrenado en lugares como el Parque del Retiro.
Hay contaminación, sí, claro, pero también la hay dentro de las casas y en los gimnasios, lugares en los que se concentran, en muy poco espacio, el aire artificial acondicionado o de la calefacción, junto los tóxicos que desprenden los productos de limpieza. Todo ello sin mencionar la cada vez mayor en los espacios cerrados del mundo occidental.
Por ello, hacer deporte al aire libre o, simplemente, caminar a buen ritmo en vez de coger el coche o el metro es posible y más que recomendable.
Observar
Detenerte a observar lo que te rodea es importante porque te lleva de lleno al momento presente y a descubrir cosas que de otro modo te perderías.
Aparte de escaparates e impulsos inagotables, hay mucho que observar en una gran urbe. Por ejemplo,
¿tienes idea de qué tipo de árboles oxigenan tu ciudad?
Ahora que tengo más conocimientos de botánica, me fascina la enorme variedad de árboles que se pueden encontrar en plazas, parques y calles: hayas, robles, castaños, ginkgos, sauces, abedules, encinas, olmos, moreras, membrilleros, olivos, acacias, arces, tilos, fresno, pinos, abetos, alerces, etc. Sencillamente impresionante.
También se pueden observar diversos animalillos. La Comunidad de Madrid es rica en fauna pero en el centro, aparte de las omnipresentes palomas, se pueden ver urracas, gorriones, petirrojos, carboneros, mirlos, murciélagos e, incluso, ardillas.
La observación de fauna y flora es una actividad perfecta para realizar con niños. Te contaré esta pequeña anécdota.
Mis sobrinos querían que les llevara al parque, a los columpios. Estando allí, observaba como todos los niños se concentraban en ese espacio diminuto y vallado mientras que ninguno se aventuraba hacia la hierba o a subirse a los diversos árboles que poblaban la zona.
Así que decidí llevármelos de “aventura” y mostrarles la otra cara del parque. Nos quitamos los zapatos, treparon árboles, primero con cara de incredulidad (¿de verdad que se puede hacer esto?) y, después, con auténtica emoción.
Escuchamos a las urracas. Al día siguiente reconocían a la perfección su graznido sin ni siquiera verlas.
Esperamos el anochecer tumbados en la hierba mientras los murciélagos revoloteaban sobre nuestras cabezas.
Le cantamos a la imperceptible luna e intentamos detectar la presencia de alguna estrella. Los niños no daban crédito y sus caras de ilusión eran señal inequívoca de cómo disfrutaban de esas nuevas experiencias.
Dormir bien
Dormir adecuadamente es de absoluta importancia por la cantidad de procesos vitales que tienen lugar durante la noche.
El sueño de calidad en una ciudad es, para muchos, todo un desafío. El ruido cesa por poco tiempo aunque uno acaba por acostumbrarse.
Quien tenga la ocasión de echarse al monte y vivaquear (pasar una noche a la intemperie), se lo recomiendo encarecidamente. Es una experiencia inolvidable y de máxima de reconexión.
Sin llegar a estos extremos, se pueden incorporar hábitos que ayudan a dormir mejor:
- Ir bajando las luces de intensidad a medida que cae la tarde
- Apagar y desenchufar todos los dispositivos electrónicos, en especial el WIFI, antes de acostarte
- Aromatizar las estancias con aceites esenciales de plantas relajantes que ayudan a conciliar el sueño (lavanda, petit grain, manzanilla romana, ylang ylang o bergamota)
- Leer en vez de ver la tele o el ordenador antes de ir a dormir
Socializar y disfrutar de la vida
Esto es absolutamente posible en una ciudad tan llena de vida y de posibilidades para disfrutar con amigos y en familia. El único enemigo aquí es el tiempo. O, más bien, la falta de tiempo. Es inconcebible que sigan existiendo horarios de trabajo tan inhumanos cuando, en realidad, deberíamos pasar la mayor parte de nuestro tiempo disfrutando de los nuestros y de la vida en general.
Por eso hemos de ser muy exigentes con la calidad del tiempo del que disponemos.
Mantener a raya el consumismo
Y, desde aquí, enlazo con este punto: vivir un estilo de vida más humano en una gran ciudad pasa por mantener a raya el consumismo, uno de los mayores peligros en el entorno urbano. Se ha vuelto algo normal que el tiempo de ocio se dedique a consumir. Pero no lo es.
En lugar de pasar tu día libre en un centro comercial o en la calle “Globalización”, te invito a que descubras nuevos espacios naturales, que en Madrid abundan mucho más de lo que imaginamos. Permíteme recordarte que a unos 50 km del centro de Madrid se encuentra uno de mis lugares preferidos para desconectar: la hermosísima Sierra de Guadarrama. Si todavía no has estado allí no sé a qué esperas.
Y, a la hora de consumir, hazlo de forma responsable. Compra poco pero bello y que te emocione, ecológico, artesano, de buena calidad como ya explicaba en el artículo Qué hay en tu armario . Tienes derecho a rodearte de lo mejor y no de purrelas varias que al poco tiempo terminarán en la basura.
Tenemos la suerte de vivir en un lugar del mundo en el que la capacidad de elección es mayor que nunca. Así que, ¡tú eliges!
¿Te animas a vivir una vida más salvaje, aunque sea en el centro de una gran ciudad como Madrid?
¿Cómo lo llevas? Me encantaría conocer tu experiencia.
Abrazos,
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Hola Kiki! Gracias por compartir tus ideas. Para los que vivimos en la ciudad es fácil perder la perspectiva de todas las cosas que sí se pueden hacer aquí. Comparto tu perspectiva de prestar atención a lo básico para que todo se ponga en orden: la alimentación, la socialización, el ejercicio, la naturaleza (nuestro medio). ¡Mil gracias!
Ojalá anduvieras por aquí a menudo y organizaras alguna actividad 🙂
Hola Sandra,
gracias a ti por tu cometario.
Es cierto que, a veces, vivir en una ciudad nos parece la antítesis de la naturaleza pero solo con cambiar un poco la mirada nos damos cuenta de que hay más posibilidades de las que creemos.
Tengo en mente organizar alguna actividad en España en 2017, ya iré informando 🙂
Un abrazo,
Kiki
¡¡Me encanta!! ¡¡Muchas gracias por este artículo!!
Lo voy a tomar como referencia porque vivir en Madrid se está convirtiendo en todo un desafío. Pese a que he nacido aquí el cuerpo me pide verde, desconexión y reconexión cada vez más a menudo… Pero trabajo aquí así que no tengo más remedio que hacer lo que pueda por mejorar mi vida en la capital.
Tu artículo me ha ayudado mucho a ver que es posible.
Difundo y comparto, y gracias por la ayuda.
Un abrazo enorme,
Hola Irene,
cuanto me alegra que el artículo te haya sido de ayuda.
Fácil no es, eso está claro, pero siempre se puede hacer alguna cosita por humanizar la vida en la urbe.
Muchas gracias a ti por tu aportación.
Un abrazote,
Kiki