Ni te imaginas la cantidad de veces que he escuchado la siguiente frase:

Pero hija, ¡cuánto pelo tienes! 

En ese sentido tengo bastante suerte porque mi pelo necesita pocos cuidados y siempre ha sido fuerte y abundante.

Pero no todo es cuestión de suerte o de genética. 

Hay muchos factores que influyen en la salud capilar que siempre he tenido muy en cuenta. Desde mi punto de vista se resumen en dos:

  • Cuidados naturales
  • Una buena alimentación

Los dos están íntimamente relacionados por lo que hay que prestarles la debida atención a ambos.

Pero empecemos por el principio, ya que no podemos tratar o cuidar algo sin entender qué es exactamente.

 

¿Qué es el pelo?

 

Aunque la mayoría «lo llevamos siempre puesto», pocas veces nos paramos a reflexionar sobre esta pregunta. 

Según Wikipedia, “el pelo o cabello es una continuación del cuero cabelludo formada por una fibra de queratina y constituido por una raíz y un tallo”.

1- La raíz está formada por un bulbo o folículo del que nace el pelo y que se nutre a través de los  vasos sanguíneos.  

Estos vasos le proporcionan los nutrientes necesarios para la fabricación de dos sustancias esenciales:

  • melanina: encargada de darle color al cabello
  • queratina: es un material fibroso que le da resistencia y cuya función es protectora.

Por eso siempre insisto en que lo más importante es una buena alimentación. Lo veremos más adelante.

2- El tallo: la secreción continua de queratina hace que se empuje hacia afuera y crezca lo que se llama tallo o pelo. Después, el cabello es enfundado en toda su longitud por el sebo, secretado por una glándula, llamada «sebácea», ubicada en la raíz. 

Todos los gestos que hagamos para cuidar el cabello deben ir encaminados a que cada parte cumpla su función de la forma más efectiva posible. 

Cuando esto se logra el resultado queda claro: un cabello sano y fuerte.

 

Cuidados naturales

El día que aprendí que la mayoría de champús y otros productos cosméticos contienen ingredientes derivados del petróleo me quedé estupefacta.

¿En serio? 

Como lo oyes. Aunque a estas alturas seguramente tu ya lo sepas también.

El caso es que ese descubrimiento me llevó a indagar sobre etiquetas, ingredientes, etc. 

El análisis de las etiquetas en las boutiques de los aeropuertos se convirtió durante una temporada en  uno de mis pasatiempos preferidos mientras esperaba el avión de turno. 

Me sorprendía sobremanera comprobar como productos de elevado precio (200 – 300 EUR) no eran más que un cóctel de ingredientes químicos de dudosa procedencia/ utilidad/ eficacia envueltos en bonitas y llamativas cajas. 

La gota que colmó el vaso fue el análisis de productos para bebés.

Aquí en Bélgica, cuando nace un niño te regalan una caja enorme llena de muestras y productos para bebés. Así que hace 20 años me endosaron por primera vez una de esas cajas. No pude evitar pensar:

«desde el día número uno de nuestra llegada a la Tierra ya nos están intoxicando». 

La bola de nieve se había hecho tan grande que era hora de actuar. 

Me puse manos a la obra y saqué todos los productos que tenía en el cuarto de baño. Me quedé sola pero bien acompañada de tan solo un par de productos hechos por mi y algunas materias primas como aceites y arcilla.

¡Qué alivio tan inmenso!

El primer producto que descarté fue el champú.

Primero probé fórmulas ecológicas, pero al final acababan teniendo demasiados ingredientes para mi gusto (obligados por la normativa europea en muchos casos). 

Poco a poco fue cayendo todo lo demás: mascarillas, cremas, pasta de dientes, maquillaje, desodorante, etc.

Pero volvamos al tema que nos ocupa: el cuidado natural del cabello.

Si bien es cierto que cada tipo requiere un cuidado específico, en este artículo te ofrezco soluciones naturales que se aplican a la mayoría de ellos.

Pero recuerda que lo más importante es:

  • simplificar sabiendo que menos es más
  • confiar en que la naturaleza es sabia y nos cuida.

Vamos allá con los cuidados naturales.

 

1- Lavado

 

El primer cuidado es el lavado. Aunque parece todo muy evidente y lo hacemos casi en piloto automático, te animo a tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Temperatura: es mejor lavarse el pelo con agua templada o fría para no dañarlo o resecarlo con agua demasiado caliente.
  • Masaje: masajea el cuero cabelludo a conciencia con la yema de los dedos. No solemos darle importancia a este gesto e incluso lo saltamos la mayoría de las veces. Sin embargo,  es la parte más importante del lavado ya que activa la circulación sanguínea en la zona. Esto facilita que lleguen más nutrientes a las raíces. De hecho, la palabra champú viene del hindi चाँपो chāmpo que significa masajear.
  • Agua: si el agua de tu zona es demasiado dura (alto contenido en cal) es recomendable terminar el lavado con un aclarado de alguna solución ácida como el vinagre de manzana para reequilibrar su pH.
  • Champú: utiliza un champú lo más natural posible. A la hora de hacer tu elección puedes tener en cuenta que el pelo puede lavarse de dos maneras:

1- Química, es decir, con tensioactivos que producen espuma. Los más conocidos y que son la base de la mayoría de los champús convencionales son los sulfatos: SLS (Sodium Lauryl Sulfate) o el SLES (Sodium Laureth Sulfate). Ambos irritantes para cuero cabelludo, piel y ojos y a evitar siempre.

Lo bueno es que también hay plantas en la naturaleza que producen espuma gracias a la acción de una sustancia activa llamada saponina

Una de sus peculiaridades es que en contacto con el agua produce espuma. Además, tienen un suave efecto detergente o limpiador. 

La más conocida es la saponaria, pero también hay otras menos conocidas como las castañas de Indias.

 

Champú de saponaria

Es muy sencillo, verás.

  • Hierve en un litro de agua una buena cucharada sopera de raíz de saponaria hasta que el líquido se haya reducido a la mitad.
  • Deja enfriar y utiliza esta decocción como champú.
  • Para potenciar su efecto puedes batir un huevo en la decocción y añadir unas 10 gotitas de limón o de vinagre de manzana. El resultado es verdaderamente espectacular. El pelo queda sedoso y muy bien nutrido. 

El cabello está compuesto en su mayor parte de proteínas. Por eso el huevo es tan afín a nuestro pelo.

El poder espumante de un champú, aunque sea agradable y tranquilizador, no es en absoluto el signo de un mejor poder limpiador porque generalmente los tensioactivos espumantes no son los que más ni mejor lavan.

2- Mecánica: es decir, limpiar mediante el uso de sustancias que arrastran o absorben la suciedad. Es el caso de la arcilla. El champú de arcilla consite en disolver una cucharada de arcilla verde o arcilla rhassoul en un vaso de agua (250 ml) y lavarte el pelo con esta mezcla.

Si me preguntas sobre el método “No poo” (lavar el pelo solo con agua) te diré que a mi no me ha funcionado para nada, por lo tanto no me extenderé sobre ello. Eso no quiere decir que no te funcione a ti.

También habrás oído hablar de personas que se lavan el pelo con bicarbonato.

Personalmente tampoco me gusta esa opción. El motivo es el elevado pH (9) de esta sustancia, mientras que el pH del cabello se sitúa alrededor del 5. Por ello, su uso frecuente, a la larga, puede dañarlo de forma considerable. 

Por último quiero mencionar que aclarar el pelo con una solución ácida (agua + vinagre de manzana, por ejemplo) ayuda a cerrar las escamas del cabello. 

 

2- Secado

 

Mi recomendación general es escurrir bien el cabello y quitarle la humedad empleando una toalla a modo de turbante para que absorba todo el agua que sea posible.

Después, deja secar al aire libre y evita el secador siempre que tu agenda te lo permita. O mejor aún, adapta la agenda a tu autocuidado 🙂 

Si tu pelo se queda muy “alocado’ una vez seco, dale forma con rulos de velcro, que es la opción menos agresiva para el cabello. 

 

3- Peinado y cepillado

 

En este sentido te propongo dos gestos: 

  • Desenredar el cabello húmedo con un peine de bambú o de madera. 
  • Utilizar un cepillo solo cuando el cabello esté seco y hacerlo con mucha suavidad de la raíz a las puntas.

Más abajo te explico cuales son los mejores utensilios según mi experiencia.

 

4- Acondicionador

 

Este es uno de los productos que casi nunca he tenido que utilizar. 

Lo que yo hago es aplicarme un poquito de aceite vegetal en las puntas con el pelo húmedo para que el aceite selle la humedad y las puntas se hidraten mejor. 

Los aceites vegetales, ricos en ácidos grasos, son el alimento perfecto para el cabello. A mi me gusta ir variando. 

Mis preferidos son:

  • Oliva
  • Jojoba
  • Coco
  • Argán
  • Almendra
  • Ricino

Eso sí, como prefiero dar prioridad al consumo local, trato de ver qué aceites o productores de aceites encuentro en mi entorno. Por ello, los que más uso últimamente son el de oliva y el de almendra. 

Las personas que tienen el cabello rizado pueden utlizar gel de semillas de lino para darle forma. Recuerdo que se lo preparaba hace años a una querida amiga que tenía unos rizos preciosos. 

Si también es tu caso, sigue estos pasos.

 

Gel de semillas de lino

Es tan fácil como esto:

  • Dejar un puñado de semillas en remojo toda una noche. 
  • Al día siguiente verás que el agua se ha convertido en una especie de gel. Esto se debe a la acción de los mucílagos, suavizantes vegetales por excelencia. Cuela las semillas.
  • Aplica el gel resultante en el cabello húmedo o seco para darle forma.

¡Listo!

 

5- Cuidados adicionales

Los que acabamos de ver son los cuidados frecuentes, pero hay otros que se llevan a cabo de forma más esporádica. Podrían ser estos:

Mascarilla

Las mascarillas sirven para reparar, nutrir e hidratar el cabello.

Dependiendo de la salud del mismo, puedes usarlas una vez a la semana, si está dañado y necesita más cuidados o una vez al mes si está sano y te apetece darle un extra de mimos..

Los ingredientes de las mascarillas pueden ser muy variados. Como ya sabes que a mi lo que más me gusta es simplificar, suelo hacerme mascarillas de vez en cuando con los ingredientes que tengo a mano.  

Las mejores mascarillas para mi gusto son dos:

1- Una buena mayonesa para cabello seco: en serio, por raro que te parezca ¡te sorprenderá! Date cuenta de que sus ingredientes son justo los que el pelo necesita: aceite y huevo  (nutrir), vinagre (equilibrar pH).

2- Mascarilla a base de arcilla para cabello graso. La preparo así:

– pon unas 5 cucharadas de arcilla verde o de arcilla tipo rhassoul que es la mejor para este tipo de pelo en un recipiente de loza o de vidrio.

Cubre con agua templada o con una infusión de tus plantas preferidas (salvia, romero, ortiga, lavanda, manzanilla…).

– Deja reposar unos minutos hasta que veas que la arcilla está disuelta.

Aplica por todo el cabello de la raíz a las puntas y el cuero cabelludo.

Deja actuar unos 20m.

Enjuaga con agua templada. 

Como te podrás imaginar, las combinaciones son infinitas, pero estas dos fórmulas son sencillas y eficaces y no necesitas tener veinte mil ingredientes 🙂

 

Tinte vegetal

Si te decides a utilizar este tipo de tintes, lo primero que has de saber es que el color resultante no es tan intenso ni tan resistente al lavado como ocurre con los tienes químicos. 

La mejor alternativa a los tintes convencionales es la henna. Los tintes Khadi de formulación basa en plantas ayurvédicas (henna, indigo, cassia, neem…) son los que más me convencen. 

Eso sí, no te queda otra que ir experimentando hasta que des con el tono adecuado a tu tipo de cabello.

El resultado depende de tu tipo de cabello, de su color y del tiempo de aplicación. El más complicado de conseguir es el moreno, pero cada pelo es un mundo y no todos reaccionan de la misma manera a los mismos productos. 

La gran ventaja de estos tintes vegetales es que no solo tiñen sino que también cuidan el cabello.

En internet encontrás diferentes tutoriales que explican como aplicarlo, como éste de La Rueda Natural que es bastante ilustrativo.

 

6- Utensilos

Mi consejo es emplear siempre utensilios naturales como peines de madera o bambú y cepillos de estos materiales con cerdas de pelo natural. 

Las ventajas son dos: 

  • no producen electricidad estática
  • Las cerdas son más flexibles por lo que evitan que se rompa el cabello. Además,  estimulan la circulación sanguínea y por lo tanto el crecimiento. 

Los cepillos de este tipo son caros pero te duran toda la vida por lo que es una inversión que vale la pena. 

 

Alimentación

Muchas personas me piden consejos sobre productos cosméticos para la salud de su cabello. 

Está muy bien ese interés en cuidarlo, pero la alimentación va siempre por delante a la hora de prevenir o resolver la mayoría de problemas de salud.

De muy poco vale utilizar el champú y las mascarillas más caras del mundo si los ultraprocesados son la base de tu dieta.

En la newsletter correspondiente ya expliqué qué alimentos y nutrientes son buenos para evitar la caída del cabello.

En general se trata de nutrientes imprescindibles para la salud del cabello en general, de modo que los menciono de nuevo por aquí:

 

1️⃣ OMEGA 3

Los ácidos grasos de este tipo lubrican los folículos donde crece el pelo.

Además, reducen la inflamación en general, que podría ser responsable de la caída. 

Lo encontrarás en los pescados grasos como el salmón y las sardinas y en determinadas semillas como el lino, la chía o las nueces.

Para completar es conveniente reducir al máximo e incluso eliminar la ingesta de ácidos grasos omega 6 (aceite de semillas tipo girasol) presente en casi todos los productos ultraprocesados.

2️⃣ ZINC

Este es uno de los minerales más deficitarios en gran parte de la población occidental debido a mala alimentación y su carencia está muy relacionado con la caida del cabello.

Su consumo regular ayuda a reparar el tejido capilar dañado y contribuye a la salud de los folículos pilosos. 

Es abundante en las almejas, los mejillones, las ostras y otros mariscos como las langostas. En el reino vegetal lo encuentras, por ejemplo, en las almendras y las pipas de calabaza.

3️⃣ HIERRO

Los bajos niveles de este importante mineral puede producir alopecia. Por ello, es conveniente incluir en nuestro día a día alimentos ricos en hierro como el hígado de pollo si te gusta, pero también las lentejas e incluso vegetales como las espinacas.

Hay otra planta que te quiero recomendar. Se utiliza menos, pero es una de las más abundantes en hierro: se trata de la ortiga. Te cuento sobre sus distintos usos aquí

Lo bueno es que tiene también grandes cantidades de vitamina C que mejoran la absorción de dicho mineral.

4️⃣ VITAMINA C

Y justo esta vitamina es el siguiente nutriente que te propongo.

Ninguna como ella para ayudar en la absorción de otros nutrientes como es el caso del hierro, pero también para combatir el estrés oxidativo que tanto daña y envejece la piel y el cabello.

Tenemos tendencia a pensar que los cítricos son reputados alimentos ricos en esta vitamina, sin embargo, hay otras fuentes mucho más potentes: pimientos rojos, los diferentes tipos de coles o las fresas.

Pero no te olvides de las plantas silvestres que contienen todavía más: ortigas, escaramujos, coníferas. Sí, sí, la infusión de agujas de abeto es la bomba 🙂

5️⃣ BIOTINA

Nuestro cabello es prácticamente proteína (97%) y el huevo es precisamente la mejor fuente de proteína natural que existe. Los champús a base de huevo de nuestras abuelas no se basaban fábulas fantasiosas.

Pero los huevos tienen un gran secreto: son la mejor fuente de biotina, una forma de vitamina B rara y valiosa que promueve el crecimiento del cabello y favorece un cuero cabelludo sano. Por el contrario, una deficiencia de biotina lo debilita. 

Además de en los huevos, también encontrarás esta vitamina en las almendras, el salmón y el aguacate.

 

¿Y tu secreto?

 

Hemos llegado al final del artículo.

Espero que estos consejos te sean de ayuda a la hora de cuidar tu cabello de una forma más natural.

Sería estupendo que ahora compartieras con nosotros alguna receta o secreto que ya aplicas y así completar entre todos este artículo.

¡Te leo en los comentarios!

Un gran abrazo,

Kiki

 

 

Crédito de imágenes

Bert Stephani – Lieven Dewitte Photography – Wikipedia – Pixabay ninita_7 &  woidl / & Sabeth /  & Pezibear /

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Soy Kiki Nárdiz, coautora del blog Rewilding Drum, desde el que comparto estrategias y herramientas para ayudarte a salir del automatismo y a recuperar la energía vital a través del contacto consciente con la naturaleza. Te regalo mi guía “7 errores que te alejan de tu naturaleza salvaje y cómo solucionarlos”.

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